El aporte de las lenguas indígenas al español


En 5 siglos desaparecieron la mitad de las lenguas indígenas de América, sin embargo, muchas palabras amerindias quedaron definitivamente incorporadas como préstamos al léxico del idioma español.

La mitad de las 1.500 lenguas y dialectos indígenas que existían a la llegada de los españoles a América ha ido desapareciendo a lo largo de los últimos cinco siglos, según explica el vicedirector de la Academia Chilena de la Lengua, Gilberto Sánchez.

A diferencia de lo que sucedió en el caso del inglés o del francés, muchas palabras amerindias quedaron definitivamente incorporadas como préstamos al léxico del idioma español. Ello se debió, probablemente, a que los conquistadores españoles se mezclaron con los pueblos originarios de América, lo que dio lugar al mestizaje de razas, lenguas, culturas y creencias.

La mayor aportación de las lenguas indígenas al español se plasmó en una herencia léxica que refleja la visión del mundo que tenían los pueblos originarios.

Un ejemplo de ello es el nombre de Chile (derivado de “chili”, un pájaro parecido al tordo), que es una de las 70 palabras de la fauna autóctona que junto a otras 115 palabras de la flora local se han integrado en el español procedentes de las lenguas aborígenes de este país austral. El léxico indígena incorporado al español pone de manifiesto el carácter mestizo de América.

Aunque en las lenguas amerindias una palabra a veces equivale a una frase completa de un idioma europeo, su influencia no modificó la estructura morfológica del español estándar.

Las principales familias de las lenguas amerindias son arahuacana, caribe, mayas, yutoazteca, quechua, tupiguaraní y mapuche, explicó Gilberto Sánchez durante la conferencia sobre “El aporte de las lenguas indígenas al español”.

A la familia arahuacana pertenecen 126 lenguas y dialectos que se hablan desde la península de Florida, en Estados Unidos, hasta la Patagonia, entre las que figura el taíno, que proporcionó la primera palabra aborigen incorporada al español , junto con otras como hamaca y guacamayo.

De la rama caribe perviven actualmente medio centenar de lenguas que han legado palabras como cacique, caníbal y colibrí y que cuentan con apenas 40.000 hablantes repartidos por las Guayanas, Surinam, Venezuela, Brasil y Colombia.

El maya se subdivide en una veintena de dialectos que se hablan en México y Centroamérica, en tanto que la familia yutoazteca abarca 16 lenguas, la más importante de las cuales es el nahuátl, con un millón y medio de hablantes en México, y que ha legado voces como aguacate, cacahuate, chicle o tiza.

El grupo quechua abarca 60 lenguas muy distintas entre sí y algunas de ellas ininteligibles, que son habladas por diez millones de personas que habitan en Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina y Chile.Las lenguas quechuas han hecho una gran aportación de préstamos al español, como mama, papa, cóndor, chirimoya, mate, puma y vicuña.

Del grupo del tupiguaraní, que posee unos 40 dialectos, proceden voces como jaguar, en tanto que a la familia mapuche pertenecen guata (panza), poto (nalgas), pino (pajitas de cebada o trigo) o pololo (mosca que revolotea, de donde viene el chilenismo pololeo, que quiere decir noviazgo).


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